Una de las mejores fotografias del mundo



    Sus ojos han cautivado al mundo puesto que ella apareció en la portada del  National Geographic en 1985.                                                                        Ahora podemos contar su historia.
Los nombres tienen energía, déjenos hablar del suyo. Se llama Sharbat Gula, y es Pashtun, la más guerrera de tribus afganas. Es dicho de los Pashtun que están solamente en paz cuando están en guerra, y sus ojos - entonces y ahora - arden de ferocidad. Tiene 28 años, quizás 29, o quizás 30. Nadie ni ella, están seguros. Las historias y las personas cambian de lugar, como la arena, en un sitio donde no existe registro alguno. El tiempo y la dificultad han borrado su juventud. Su piel parece cuero. La geometría de su quijada se ha ablandado. Pero sus ojos todavía deslumbran.

"Ella tuvo una vida dura," dijo McCurry. "muchos aquí comparten su historia". Considere tan sólo los números, Veintitrés años de guerra, 1.5 millones de muertos, 3.5 millones de refugiados: Ésta es la historia de Afganistán en el último cuarto de siglo.

Ahora, observe esta fotografía de una muchacha joven con los ojos verdes del mar. Ellos desafían los nuestros. Sobretodo perturban, y no podemos darnos vuelta.

"No hay familia que no haya comido la amargura de la guerra," dijo un joven comerciante afgano en la National Geographic de 1985 que apareció con la fotografía de Sharbat en su portada. Ella era una niña cuando su país fue tomado el cuello en la invasión soviética. Un manto de destrucción que sofocó aldeas incontables como la suya. Ella tenía quizás seis años cuando un bombardeo soviético mató a sus padres. Por días el cielo sangró de terror. En la noche enterraban a los muertos. Y siempre, el sonido de los aviones, apuñalándola con pavor.

"Salimos de Afganistán para luchar," dijo a su hermano, Kashar Khan, completando la narrativa de su vida. Él es la línea recta de un hombre con cara del reptil y ojos de perforación. "Los rusos estaban por todas partes. Eran gente de matanza. No teníamos ninguna opción."

Acompañada por su abuela, de él y de sus cuatro hermanas caminó a Paquistán. Por una semana se movieron a través de las montañas cubiertas de nieve, pidiendo mantas para mantenerse caliente.

"Uno nunca sabía cuando vendrían los aviones", recordó. "Nos ocultámos en cuevas".

El viaje que comenzó con la pérdida de sus padres y de una travesía a través de las montañas a pié terminó en una tienda de campo de refugiados en la que que vivían con extranjeros.

"Las personas rurales como Sharbat encuentran difícil de vivir en los alrededores de un campo del refugiado," explicó Rahimullah Yusufzai, periodista paquistaní respetado que actuaba como intérprete para McCurry y su equipo de televisión. "No hay privacidad. Se vive de la misericordia de la gente". Más que eso, se vive de la misericordia de la política de otros países. "La invasión rusa destruyó nuestras vidas", dijo su hermano.